LOS MALOS RECUERDOS DE 1808

En París, sin embargo, subsistían las dudas sobre una posible intervención en España. La mala experiencia de la invasión napoleónica de 1808 todavía pesaba y muchos temían una guerra de similares características. Los políticos liberales españoles alimentaban esta idea, lanzando proclamas de elevado tono patriótico y llegando incluso a predecir que todo soldado extranjero que pusiera el pie en España no regresaría con vida. Pero estas amenazas no hicieron más que espolear el orgullo de los franceses, cuyo gobierno acabó considerando este proyecto como una magnífica ocasión para mostrar su compromiso con los ideales absolutistas de la Santa Alianza y recuperar su prestigio internacional.

El ejército francés, una vez decidida la intervención, preparó minuciosamente la campaña para no repetir los errores del pasado. Contó esta vez con fuertes apoyos autóctonos y con una excelente logística; las tropas fueron puntualmente aprovisionadas y se pagó al contado a los proveedores españoles. Además, se tomaron medidas para causar el menor trastorno a la población civil. La imagen de este soldado francés, elegantemente uniformado y de correcto comportamiento, acabaría dando pie al dicho popular "eres más bonito que un San Luis"

COMENTARIOS