LOS FRANCESES PONEN SITIO A CÁDIZ

 Bloqueada Cádiz por el ejército francés, que dominaba el mar y tenía la retaguardia asegurada, las esperanzas de socorrer la plaza eran casi nulas y la ca- pitulación del Gobierno liberal, sólo cuestión de tiempo. Aun así, la Milicia Nacional se mostraba dispuesta a luchar hasta el fin.

Pero la toma de la isla del Trocadero y el bombardeo de la ciudad por la flota francesa acabaron haciendo mella en los defensores, que se aprestaron a parlamentar. Angulema les advirtió que sólo hablaría con el rey, y los diputados acordaron devolver a este su autoridad absoluta y permitirle abandonar Cádiz, a cambio de una declaración escrita en la que el rey prometía "un olvido general, completo y absoluto de todo lo pasado".



Así, el 1 de octubre de 1823, poco menos de seis meses después del inicio de la intervención militar, el duque de Angulema se arrodillaba para recibir a su primo Fernando VII en su cuartel general del Puerto de Santa María. La operación había sido todo un éxito, pero los más avisados intuían que se inauguraba un período sombrío para España.

Días después de su liberación, el monarca español faltaba a su palabra y desencadenaba una dura represión contra los liberales, dando inicio a la llamada Década Ominosa (1823-1833). El duque de Angulema, por su parte, fue aclamado como un héroe a su vuelta a París. Chateaubriand dijo de él: "Recorrer de un paso las Españas, tener éxito donde Bonaparte había fracasado, hacer en seis meses lo que aquel no pudo hacer en siete años, ¡es un verdadero prodigio!".

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